19/2/11

Con el tiempo se aprende que hablar puede aliviar y desahogar. Se descubre que la confianza no tiene porque llevar años en construirse, pero sí unos segundos en destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás le resto de tu vida, también que muchas veces  te tomas  a la ligera a las personas que más te importan. Se aprende que las verdaderas amistades seguirán estando ahí a pesar de las distancias, porque el único poder de las distancias es el de hacernos invisibles. Y qué no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida. Te das cuenta de que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges aunque no seas consciente a qué te enfrentas. Se aprende a controlar tus actos, ya que sino  así ellos te controlarán a ti y que ser indeciso no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa lo delicada y frágil sea una situación: siempre existirán dos lados.
Te sorprenderás muchas veces de que la paciencia requiere más práctica de lo imaginado, y que madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. No te quedará más remedio que convivir con la rabia, tienes derecho a tenerla, y eso te dará la capacidad de ser cruel aunque no quisieras serlo. Descubrirás que las personas tienen formas diferentes de querer, y maneras aún más diferentes de demostrarlo….y que no importa las veces que has fracasado, el mundo no se va a detener para que lo arregles eso está claro; lo que realmente importa y tiene valor es que a pesar de todos los fracasos se sigue ahí día tras día

No hay comentarios:

Publicar un comentario